jueves, 4 de octubre de 2012

Miedo

Casi pierdo el aire para siempre
cuando volví a escuchar ese andar perverso.
El miedo se metió por mis entrañas
y me ahorco los bronquios, los pulmones, el alma.
Miedo perverso, insultante, doliente,
atroz, enfermizo, perturbador,
eterno, provocador de insomnios.
Miedo a ese ruido, a la persecución,
a la vigía constante, a la oscuridad,
a los viejos vicios, a las noches, a la soledad.
Terror, espanto, los ojos,
las manos, el hambre, el amanecer, los perros.
Único, devastador, insoportable,
provocador de llantos, de buscar lo inencontrable.
Miedo a cerrar las puertas, a volver a abrirlas,
a las ventanas, a las sombras, a las pesadillas.
Humo, miedo, asco, lágrimas, bilis,
miedo, fuego, aullidos, espectros, miedo,
esa sonrisa macabra, adrenalina, miedo,
un rostro, un carro, un rodado, miedo,
escoria, mierda, pestilencia, pobreza,
miedo, gatos, desasosiego, miedo.
Cuánta cobardía encierro en este cuerpo frágil,
en esta naturaleza débil, en estos poros.
Miedo a no dejar de sentir miedo nunca.
Miedo al miedo eterno.
Miedo por el miedo.
Miedo y nada más que sólo miedo.

viernes, 10 de febrero de 2012

La vuelta

Tratando de acostumbrarse
a ese ruido infernal
y al sudor de esta vuelta
que no nos deja ver.
Las palabras intentar calmarlo,
calor eterno
de una noche sin fin.
Los escrúpulos
no alcanzan para esta aventura,
donde el azar juega
con un protagonismo tenebroso.
Mirando el cielo
de una habitación ajena,
me entrego al inconsciente
con vendas en los ojos,
con una disposición tal
que ya todo fue,
en la que este nuevo despertar
de un perfecto sin fin
me invita esta noche
a soñar para siempre.

miércoles, 8 de febrero de 2012

De luto, Spinetta


Te vas hoy a mojarte
los pies a la luna
dejando tanto por decir,
por tocar.
Cómo lograste con tu música del alma
dejarnos a todos estos seres,
tan humanos y vulgares,
con la sensación de haber tenido
lo mejor.
La muerte me sopla en el oído
distante como siempre,
mucho más distante.
Y te arrebata de las manos
una infinidad de acordes,
te quita las palabras que todavía
no habías hecho melodía.
Y me arrebata del alcance
todos esos sueños de papel,
y el hacha golpea mi corteza
dando lugar a estas palabras
que nunca serán melodía.
Espero que despiertes
en una nueva brisa
y tu pasión ahora etérea,
se mezcle con los vientos
para seguir escuchándote siempre.
Gracias, flaco querido,
por hacer que quiera
aprender a ser luz
y por dejarnos verte
aprendiendo a volar
entre tanta gente de pie.

domingo, 8 de enero de 2012

Decisiones

Me entrego
en cuerpo y alma
a los aires que me trae el momento
de este momento.
Ya sé que cambian, van a cambiar
queda tan poco para esto
y tan mucho para aquello que desconozco.
Hoy firmo el contrato
que vine cumpliendo y negando,
le pongo firma.
Asumo la responsabilidad que me depara
este festejo eterno no tan eterno,
con sus causas y consecuencias.
Hoy ya no me importa nada,
le regalo mi cuerpo a las buenas sensaciones
y mi alma a los despertares cansados.
La culpa se la dejo a los faltos de valor
y el coraje se los robo a los que cuentan
sus historias que desentonan.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Sin llegada

Busqué en tus palabras
 un poco de ese sol
que me alivie cuando se vaya la luna,
 cuando llegue el fin de mis noches
 de éxtasis y locura.
 Busqué en tus palabras
 y en tantas otras palabras,
 busqué en todas las palabras.
 Es este silencio que me mata
 y esos delirios que me dejan fuera de carrera...
 Ellos son los culpables de que mis manos
 busquen un hueco en otras manos,
 sin importar cuáles manos.
 Culpables de que me siente a ver tantas ventanas
 que se abren y se cierran sin mi nombre,
 sin mí.

sábado, 4 de junio de 2011

Noche insensata

Otra noche más para la agenda del olvido.
¿Qué pretende la vida de mí?
Debería estar en otro lugar,
con seres más etéreos
que los fantasmas del pasado
y de este presente oscuro.
Y, sin embargo, acá me tienen
en esta misma silla de todos los días
con esta cara y este ánimo
que podrían abatir primaveras.
¡Cuánta muerte encierran estas paredes!

viernes, 6 de mayo de 2011

Destello, destellar, destellos

Cuánto me gusta ese ideal,
ese ser imaginario
que surge de una mera profanación
del ser en sí.
Y le escribo estas palabras vulgares
mediocres, presas.
Pero no tengo más palabras que escribir
ni más que hacer
que idealizar lo idealizable.
La maleabilidad de mi sombra
se la atribuyo a esa sonrisa impúdica,
a esa melodía grave,
a los abismos de la vida misma.
¡Y qué culpa tengo yo!
Deslumbrar es tan difícil
como fácil es ser deslumbrado.
Y escribir sigue siendo tan difícil
como lo es no ser deslumbrada
por los ángeles terrenales.