viernes, 29 de octubre de 2010

Para un recuerdo

Hice promesas al destino,
hice promesas al viento,
hice promesas a la vida misma.
Hice promesas de sacrificio,
de cambio, de fe.
Pero no pude llevar el sol
a tu ventana,
no pude devolverte el resplandor,
no pude hacer que los tuyos
vuelvan a sus sueños tranquilos;
no pude más que contemplarte
y escribirle, con el tiempo,
estas palabras
a tu existencia insuficiente.