Busqué en tus palabras
un poco de ese sol
que me alivie
cuando se vaya la luna,
cuando llegue el fin de mis noches
de éxtasis y locura.
Busqué en tus palabras
y en tantas otras palabras,
busqué en todas las palabras.
Es este silencio que me mata
y esos delirios que me dejan
fuera de carrera...
Ellos son los culpables de que mis manos
busquen un hueco en otras manos,
sin importar cuáles manos.
Culpables de que me siente
a ver tantas ventanas
que se abren y se cierran
sin mi nombre,
sin mí.
domingo, 6 de noviembre de 2011
sábado, 4 de junio de 2011
Noche insensata
Otra noche más para la agenda del olvido.
¿Qué pretende la vida de mí?
Debería estar en otro lugar,
con seres más etéreos
que los fantasmas del pasado
y de este presente oscuro.
Y, sin embargo, acá me tienen
en esta misma silla de todos los días
con esta cara y este ánimo
que podrían abatir primaveras.
¡Cuánta muerte encierran estas paredes!
¿Qué pretende la vida de mí?
Debería estar en otro lugar,
con seres más etéreos
que los fantasmas del pasado
y de este presente oscuro.
Y, sin embargo, acá me tienen
en esta misma silla de todos los días
con esta cara y este ánimo
que podrían abatir primaveras.
¡Cuánta muerte encierran estas paredes!
viernes, 6 de mayo de 2011
Destello, destellar, destellos
Cuánto me gusta ese ideal,
ese ser imaginario
que surge de una mera profanación
del ser en sí.
Y le escribo estas palabras vulgares
mediocres, presas.
Pero no tengo más palabras que escribir
ni más que hacer
que idealizar lo idealizable.
La maleabilidad de mi sombra
se la atribuyo a esa sonrisa impúdica,
a esa melodía grave,
a los abismos de la vida misma.
¡Y qué culpa tengo yo!
Deslumbrar es tan difícil
como fácil es ser deslumbrado.
Y escribir sigue siendo tan difícil
como lo es no ser deslumbrada
por los ángeles terrenales.
ese ser imaginario
que surge de una mera profanación
del ser en sí.
Y le escribo estas palabras vulgares
mediocres, presas.
Pero no tengo más palabras que escribir
ni más que hacer
que idealizar lo idealizable.
La maleabilidad de mi sombra
se la atribuyo a esa sonrisa impúdica,
a esa melodía grave,
a los abismos de la vida misma.
¡Y qué culpa tengo yo!
Deslumbrar es tan difícil
como fácil es ser deslumbrado.
Y escribir sigue siendo tan difícil
como lo es no ser deslumbrada
por los ángeles terrenales.
domingo, 13 de febrero de 2011
Otra vez y para siempre
No hay más poesía en mí
que ésta, tan pobre
como la lógica de las razones
que a veces pido que me invadan
cuando sólo cuento
con mis sueños tormentosos,
que son capaces de llevarme
a esa sonrisa que todavía conservo,
a un baile de la vida
donde sólo la muerte
baila a mi alrededor
y me entumece las ganas de bailar.
Quisiera quedarme durmiendo
durante un invierno entero,
cuál animal que no necesita
más que eso para pasar el frío;
y poder aprovecharme de mi inconsciente
para ganar aunque sea
unos minutos de lo que ya no tengo.
que ésta, tan pobre
como la lógica de las razones
que a veces pido que me invadan
cuando sólo cuento
con mis sueños tormentosos,
que son capaces de llevarme
a esa sonrisa que todavía conservo,
a un baile de la vida
donde sólo la muerte
baila a mi alrededor
y me entumece las ganas de bailar.
Quisiera quedarme durmiendo
durante un invierno entero,
cuál animal que no necesita
más que eso para pasar el frío;
y poder aprovecharme de mi inconsciente
para ganar aunque sea
unos minutos de lo que ya no tengo.
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